sábado, 12 de noviembre de 2016

El Ilusorio código 750

Para el cierre de hoy (11 de noviembre de 2016) la Bolsa Mexicana de Valores cayó un 2.53%, su segundo día consecutivo de perdida (3.68% acumulado) tras la victoria de Donald Trump, por el contrario el Dow Jones y el NASDAQ subieron .93 y .78% respectivamente. Una caída tremenda para la bolsa mexicana y una ganancia no muy significativa pero en total sentido contrario para las principales bolsas de E.E. U. U. Lo cual no significaría nada, si no fuera que es un movimiento rarísimo de capitales, rarísimo desde la perspectiva de que si a estados unidos le va bien a México le va bien, pero sobre todo raro como imaginar que una casa sube de precio, sin embargo su traspatio deja de valer. Así de inverosímil resulta.
La entrada y salida de capitales en las bolsas, es decir sus subidas y sus bajadas, son determinadas por la especulación, digamos que los inversionistas, analizan y dicen: -En esta bolsa hay ganancia, en esta no, en esta hay perdida y en esta no- y determinan en cual “confiar” y en cual invertir. Volvamos al ejemplo de la casa, ¿Por qué una casa sube de precio y su traspatio deja de valer tan estrepitosamente? Bueno pues resulta que los estados unidos y México no son parte de una sola casa y no somos siquiera parte de la misma propiedad. Resulta que las bolsas de valores de los dos países no son del mismo dueño.
Por años (ya casi 80) los movimientos financieros de ambos países han presentado cierta sincronía, digamos que si Estados Unidos determina lanzarse a explotar un pozo petrolero en México, El Dow Jones sube y la BMV también, uno recibirá ganancias y el otro una limosna, pero para las dos economías representa entrada de dinero. Desde luego es más complejo que eso y los problemas y situaciones internas de cada país lo hacen más o menos dispar, pero en general así ha funcionado. Nuestros dirigentes, han estado regularmente de acuerdo en este tipo de simbiosis (parasitaria) en la que la economía más poderosa del mundo y su vecino del sur funcionan. México no se queja o si lo hace lo hace muy poco o apenas refunfuña.
Sin embargo los países no son solo entes imaginarios, ni sus dirigentes son una representación tan apegada a lo que sus pueblos son. Estados Unidos, con su herencia pluricultural, con su historia de inmigraciones (Donald Trump por ejemplo es descendiente de Alemanes, su esposa Melania es Eslovena, Arnold Schwarzenegger el “Gobernator” es Austriaco, Barack Obama, el actual presidente es hijo de un Keniano y muchísimos ejemplos más…) decidió en la elección del 8 de noviembre que el discurso de Donald Trump, incluido la construcción de muros, deportaciones y soporte racista, como el exlíder del Kukux Clan,  David Duke, es el bueno, es el convincente. Estados Unidos decidió que no somos tan similares los latinos a ellos, que ni con 25 millones de electores latinos, su rumbo y el nuestro debe ser el mismo.
En la lectura clara de los inversionistas de las grandes corporaciones, pues si, resulta que a estados unidos le irá mejor sin la carga que México le representa y que nuestro país es, desde el 8 de noviembre un peor lugar para invertir; y es que aunque no lo sea, una de las afirmaciones de Trump durante su campaña es que, en general somos ladrones, violadores y gente con problemas. Hagamos un pausa y pensemos ¿Con un muro a lo largo de la frontera, México es 3.68% peor para invertir? Bueno pues, el muro aun no está y sin embargo en esa proporción hasta el día de hoy somos menos confiables. No olvidemos que el valor de la moneda de cada país también es un indicador de confianza, sea su respaldo en oro o en bonos el valor de la moneda significa que el país que la emite comprueba que su valor es cierto, que hay con que pagar lo que se adquiere con ella y claro también, la disponibilidad que hay en circulación de dicha moneda. El peso mexicano pasó de 18.54 el martes, hasta 21.54 pesos por dólar en la tarde del día de hoy, esto quiere decir dos cosas, que muchos dólares se fueron de aquí y que no es tan de fiar nuestra moneda. Aclaro, explicando muy superficialmente.
El día de ayer comenzaron a circular imágenes en redes sociales exhortando a consumir lo local, lo hecho en México. Como medida de “boicot” al futuro gobierno de Donald Trump; se exhorta a comprar en las tienditas de la esquina en lugar de en las grandes cadenas, a hacer el “súper” en los tianguis y hasta a compra marcas de ropa locales y abandonar cuentas en bancos extranjeros. Yo me enteré por un meme en mi whatsapp, uno de “Spider-Cholo”, que se parece poco a lo que acostumbra publicar, pero que me resulto interesante, sobre todo pensando que no es tan común ver tanta solidaridad en memes cómicos. Algo cambió tras la victoria de Trump.
Me han llegado a mi Whatsapp un sinnúmero de imágenes muy similares o con el mismo texto de personas que no creí que estuvieran interesadas en cuestiones de economía, de solidaridad nacional o de política, pero tan desesperanzador ha resultado el hecho que, en una banca de la plaza de armas de Morelia escuche a un bolero platicar sobre el código de barras 750, número con el que comienzan los códigos de barra de los productos hechos en México. Nunca le había prestado atención a los códigos de barras, salvo aquella vez en que también en redes se incitó a no consumir productos con el código 871 (Israel) tras el lanzamiento el 8 de julio de 2014 de la Operación Margen Protector en la franja de Gaza por parte de Israel, que dejó como resultado 2310 muertos, según el ministerio de salud de Gaza, 475000 desplazados y 283220 refugiados según la ONU. (http://www.ochaopt.org/documents/ocha_opt_sitrep_26_08_2014.pdf)
Como medida preventiva ante un desastre de bloqueo económico, cierre de fronteras y deportación masiva de compatriotas (Las remesas enviadas al país por parte de trabajadores mexicanos en Estados Unidos en 2015 superaron en 33% los ingresos percibidos por parte de la renta petrolera, es decir 24 mil 770.9 millones de dólares vs. 18 mil 524 millones de dólares), suena magnifico, pero de entrada ¿por qué aplicar este tipo de medidas solidarias hasta que el panorama es poco alentador? Pudimos empezar hace mucho y quizá nuestra economía sería más solida; es nuevamente el viejo cuento de “Ahogado el niño a tapar el pozo”.
El principio de la economía auto fortalecida es indiscutible, de hecho es una de las propuestas de campaña de Trump, recuperar de la fuga empleos delegados a otras economías para abaratar costos, renegociar tratados de libre comercio y promover mejores planes fiscales a los empresarios para traer inversiones, bueno, llevar inversiones a su país. A eso se le llama paternalismo, favorecer a los propios en la competencia contra los ajenos. ¿Esto es una Injusticia?
El mecanismo que opera solidariamente nuestra economía y la del gran vecino del norte, está basado en la colaboración empresarial, recordemos que el modelo económico americano es capitalista, y consiste en la posibilidad de que al país le vaya bien si a sus empresas les va bien, en el supuesto de que generan empleo al crecer, derraman capital en los lugares donde se sitúan y aportan a los gobiernos mediante el pago de impuestos e inversión, hasta en diversos sectores en los que al gobierno le mermaría si los mantiene por propia cuenta (educación, salud, pensiones). Estamos unidos con los Estados Unidos por que las empresas americanas invierten en México y brindan todos estos supuestos beneficios, y porque algunas empresas mexicanas tienen la “posibilidad” de realizar lo mismo en territorio estadounidense aunque en menor escala.
¿Qué tan nuestro es el código 750?
Comencemos por aclarar que los códigos de barras son una referencia primero al lugar de etiquetado, o si se quiere ver así “de producción”. Un producto como la cerveza Carta Blanca, que tiene el código 750 y fue la primera producida por la Cervecería Cuauhtémoc en 1890, suena a que es totalmente mexicana y que comprarla en lugar de una Bud es mejor para nuestra economía… ¿Verdad? Pues resulta que en 1985 la cervecería Cuauhtémoc se fusionó con la Moctezuma y a su vez en 1994 fue adquirido el 22% de esta empresa por Labatt Brewing Company y en 2010, el 20% de las acciones de esta compañía (Propiedad de Femsa de la cual The Coca Cola Company posee un 31.6 %) fue intercambiado por acciones de Heineken International. ¿Qué tanto es mexicana la cerveza Carta Blanca? Casos similares, Sabritas, Gamesa y Sonric´s, estas otras del grupo Pepsico.
Que un producto sea etiquetado, producido o ensamblado en México, no significa que sea obligatoriamente mexicano, ¿Acaso un vehículo Chevrolet, deja de ser de la General Motors Company solo por ser ensamblado en Silao, Guanajuato? De ninguna manera, otro ejemplo peor de engañoso es el de las motos Italika (de grupo Salinas), ninguna parte es mexicana, solo son ensambladas en Toluca y aun así se hacen llamar “Una empresa 100% Mexicana”. No basta con revisar el código 750 para adquirir e ilusoriamente creer que le traemos un beneficio por esto al país, en muchos casos llega a ser tremendamente perjudicial, recordemos el reciente caso de Lexmark y sus 120 despidos por denunciar practicas esclavistas (sueldos de miseria de entre 600 y 700 pesos semanales http://www.proceso.com.mx/425997/trabajadores-despedidos-llaman-a-boicot-contra-lexmark-por-abusos-y-explotacion-laboral ) en su planta de Ciudad Juárez, aquí en México.
Vayamos mas allá, comprar en una tiendita de la esquina si hace una cierta diferencia, pero  cuando realmente hacemos un cambio significativo es cuando nuestros alimentos dejamos de comprarlos en el supermercado y pasamos a comprarlo a nuestros campesinos, sacamos del juego a las grandes cadenas, a los intermediarios y hasta al gobierno (yo no he visto sello del SAT, ni código de barras alguno en los chayotes que compro cocidos en el tianguis del marcado). Se puede decir que en este tipo de compras se fomenta la ilegalidad, pero lo legal no siempre es lo justo, y este es el mensaje que manda el señor Trump a sus partidarios al exigir una renegociación o franco fin de participación en el tratado de libre comercio con México y Canadá, el tratado es legal pero a él no le parece justo.
El presidente electo ha dicho que México se lleva toda la ganancia y sin duda esto tuvo mucho eco entre sus partidarios o de otra manera no lo serian. Los “olvidados” como él los llamó en su discurso tras anunciarse el triunfo, padecen la falta de oportunidades que aparentemente los mexicanos se llevan, padecen las carencias que les produce lo “injusto” del tratado, se ven “privados” de los beneficios económicos de los acuerdos comerciales que su país realiza, y esto puede que sea cierto, son sin duda víctimas de la desigualdad que en su país se da, pero lo que el señor Trump no les dijo es que si, en efecto lo que los tratados consiguen no alcanza para mantener a esos “olvidados”, a los mexicanos y al dinosaurio que vive en su país (tambien en el el nuestro) y consume y acumula el 99% de la riqueza del mundo. Su discurso es algo así como “Si ustedes no tienen pan, es porque los mexicanos se quedan todas las migajas” teniendo gente como él, Rupert Murdock y los hermanos Koch, con lleno el canasto.
Nosotros tenemos también un súper dinosaurio que consume demasiado. Teniendo un país vastísimo en recursos naturales, privilegiado geográficamente, con una población joven y con un ingenio del que no dejamos de jactarnos ¿Por qué tendríamos que vernos en una situación tan preocupante ante las decisiones que se toman en otro país? Pues, es que dependemos de ese país. Tenemos a los Estados Unidos metido hasta el tuétano, es vergonzoso que llegue más dinero desde estados unidos por la venta de mano de obra que por la administraciones de nuestra empresa petrolera (PEMEX), quiere decir que quien lo administra, como negociante es sencillamente incompetente. Un gobierno incompetente financieramente solo consume recursos, no los genera; un gobierno corrupto aunque los genere los roba, un gobierno que no trabaja para su pueblo, cobra y entrega lo robado. Y desafortunadamente el nuestro es todo lo anterior. El gobierno mexicano tiene impreso el código 750, pero quien sabe donde esté hecho.
Sin duda, todas las propuestas de los memes tienen razón, pero tenemos que revisarlas. Actúan bajo el principio de la solidaridad nacional, del compañerismo, de la justicia interna. Es preocupante que hasta que tenemos una crisis común decidamos solucionarla; que hasta que tenemos un mal con un nombre le combatamos, es triste que para muchos americanos ese enemigo se llame México, y es que tenemos tanto en común… a tal nivel que ni un pueblo pobre ni el más rico del mundo tengamos la capacidad de procurarnos como hermanos en lugar de vernos como enemigos. Por el momento nos queda entre mexicanos ser más solidarios que nunca, sacar de nuestra justicia a los verdaderos parásitos, aquellos que nos confrontan para poder seguir viviendo de nuestra sangre y sudor.



jueves, 10 de noviembre de 2016

Sentido común vs Metodologia

En veces, leo tesis novedosas, las nuevas propuestas de pensamiento, las corrientes sugeridas y las respuestas parcialmente explicadas de cuestiones antiguas, que magneticame - como por arte de magia, parecieron tener respuesta en el sentido común. Será que atendiendo la especialización, ¿volvimos al pensamiento excesivamente puntual? Tal vez sobre-argumentamos pendejadas cumpliendo con protocolos incompatibles. Quizás hacemos con el pensamiento, con la razón, lo mismo que con los hombres. Les obligamos a estandarizarse, a encajar en metodologías, queremos recortarles para coincidir con supuestos. ¡Tremenda ociosidad! Si bien podemos encontrar coincidencias en los caminos del propósito, no es necesariamente absoluta una misma trayectoria. Puede vislumbrarse una amañada proposición en los protocolos del sentido, una clara opacidad generada entre los "por que" y los "para que". Como si alguien desease obstruir el camino a la razón con instrucciones confusas pero ciertas. Parece que deliberademte alguien no quiere ser alcanzado. Como si alguien que superó los errores los re sembrara a posterior. 

viernes, 4 de noviembre de 2016

El Justiciero Reconocido

El pasado 31 de octubre fueron encontrados los cuerpos de 4 sujetos a la orilla de la carretera México – Toluca, cerca del kilometro 37. En los noticieros se apresuraron a dar la información de que posiblemente se trataba de ejecutados victimas del crimen organizado, que en el Estado de México  hasta hace poco, según las autoridades, no tenía presencia. No estaban, embolsados o encobijados, no presentaban huellas de tortura ni estuvieron acompañados por narco mensajes, ni siquiera fueron despojados de sus pertenencias.
El 15 de junio de este año (2016) apareció en los mismos noticieros el testimonio de una mujer que fue asaltada y violada en un autobús de la empresa ETN que se dirigía de la Ciudad de México a San Luis Potosí, el delito fue cometido sobre la carretera México – Querétaro el día 7 de Junio. A raíz de la exhibición de este caso salió a la luz un video de otro asalto y violación con el mismo modus operandi ocurrido en el mes de mayo, en aquella ocasión le tocó a una joven de 19 años. De este hecho dejó el link por si a su morbo le interesa https://www.youtube.com/watch?v=d-fVMd7ugPU. Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad hasta el mes de septiembre se habían denunciado 800 asaltos al transporte público en territorio mexiquense.
En 1974 se estrenó la película “Death Wish”, protagonizada por Charles Bronson, en esta se narra la lamentable historia del arquitecto Paul Kersey, a quien un grupo de asaltantes le mata a la esposa y le viola a la hija, lo que le hace convertirse de un hombre bueno y ejemplar a un peligroso justiciero, pero también ejemplar. No digo “le matan y le violan” de forma machista como aludiendo que son de su propiedad, mas bien lo hago para dejar llanamente claro que el protagonista es también una víctima y en eso se centra la historia; no hay otra más actual para México.
Si bien la película se desarrolla en el Nueva York de mediados de los 70´s, hace poco mas de 40 años, hay un paralelo muy notorio con la situación que se vive en lugares rurales y urbanos del México de hoy día; tanto así que la cinta parece una mezcla entre profecía y receta de cocina de lo que empieza a suceder: Crímenes sin resolver, policías insuficientes y deficientes, burocracia, corrupción, políticas desconectadas del ciudadano, delincuentes impunes y medios de comunicación con mucho poder, son la lista de ingredientes para preparar ciudadanos hartos.
Los agravios que se comenten contra el ciudadano por parte de quien sea, delincuencia, policía, gobierno, mismos ciudadanos, ejército… etc. Es una obligación del estado resolverlos, es su obligación hacer justicia y resarcir el daño, para eso existen toda clase de instituciones pagadas por el propio ciudadano a través de sus impuestos. Cabe la posibilidad de fallas en la impartición de justicia, pero es un derecho exigir que sea impartida, si la institución falla, se debe acudir a otra a fin de que se corrija su funcionamiento y cada caso tenga solución. Hay un problema serio, cuando la falla institucional es generalizada y el estado queda impedido para atender los asuntos que le dan origen y sentido, es cuando el estado está fallido.
Al igual que a miles de mexicanos, al señor Kersey le mandaron su caso a la congeladora. Al estado parece olvidársele que las personas no son casos, si no la esposa, la hija o el patrimonio e incluso la vida entera como lo fue para el señor Kersey. Se le olvida que el dolor y el hartazgo no se pueden poner en lista de espera, y que los 5 minutos en la que la señorita burócrata platica en lugar de tomar declaración, pueden ser los 5 minutos más angustiantes para un padre de un niño robado; se le olvida que el medio día en que se rascan las pelotas y toman el café sin trabajar los judiciales, pueden ser vitales para un desaparecido, incluso que media hora en una sala de espera en un hospital pueden ser un parto en la banqueta o un desangramiento en un pasillo. Pero todo tiene un límite.
Esa decepción que produce la constante y pasiva (o nula) respuesta de las autoridades hacia el ciudadano, genera un sentimiento de indefensión en muchos, en casi todos, pero tampoco todos tienen la mecha tan larga  y una vez iniciado el fuego la pólvora con poquito estalla. Si no se te da respuesta pero ocupas justicia, la tomas, aunque sea por propia mano.
En Apatizingan sucedió algo  muy parecido, pero a otra escala. En febrero de 2013, hartos de la pasividad y hasta la complicidad que tenía la autoridad ante el crimen organizado, un grupo de comerciantes y agricultores decidieron tomar las armas y defenderse. Ya les habían violado a las hijas, ya les habían matado a la esposa ya les habían robado su patrimonio, ya les habían quitado su vida ¿Qué más les quedaba perder? Ahora sabemos que la libertad, que eso también te lo pueden quitar los delincuentes.
Aquel movimiento muy sonado, vapuleado y calumniado en los medios, es un ejemplo también del hartazgo, del deseo y la necesidad de justicia, pero también es un ejemplo de la torpeza, incapacidad y hasta estupidez del estado mexicano, pues el origen del problema fue justamente su incapacidad de dar respuesta y solución ante la delincuencia, y es que ¿Qué serpiente muerde su propia cola? Aun así este movimiento, no generó una empatía mayúscula en la población urbana, en parte por qué sucedía en una ranchería equis de un lugar equis, y en mayor parte por lo tendenciosa y contraria que era la información que se daba sobre las autodefensas. José Manuel Mireles, el Justiciero de Apatzingan sigue en la cárcel.
Cuando el delito, el hecho horrible, no sucede en un lugar lejano sino toca a tu puerta y es tu día a día cambia la perspectiva. Cuando eres la víctima, cuando eres quien se para durante horas a denunciar un hecho sin que sin ningún respeto te devuelvan a tu casa o hasta te encierren por algo que no cometiste, entonces, solo en ese entonces, después del diario penar es cuando llega el hartazgo y cuando a alguien decide tomar un calcetín con monedas y darle un buen golpe al asaltante. Paul Kersey se dio cuenta que también podemos dar golpes.
La motivación para cambiar un lápiz por un revolver o un arado por una escopeta siempre está latente. Sí, es la sociedad la que puede convertir a un hombre bueno en un delincuente, es la que puede hacer de un buen hombre un asesino, pero el estado debería procurar que esto nunca sucediera. Para un gobierno metido hasta las manitas en el delito, es mas fácil perseguir a un justiciero y exhibirlo en televisión que atrapar a miles de delincuentes, sacarlos de sus oficinas, de las comandancias, del gobierno y ponerlos a disposición aunque sean sus familiares. Aunque no de manera directa ¿A cuanta gente habrá matado Javier Duarte robándoles el presupuesto para salud, para seguridad, para carreteras y educación? Es una burla que Semeí Verdia “El justiciero de Ostula” haya caído preso por “robar” un rollo de alambre que, para empezar, no existía.
Cuando el “Justiciero de la Ciudad” comenzó a hacer justicia en Nueva York, vomitó, matar no es algo a lo que un hombre este acostumbrado, si los 4 muertos de la Marquesa nos causan vomito, es porque el pueblo no está acostumbrado a matar; sin embargo ya era inevitable. Dentro de la historia que ya nos cuenta qué sigue en la película, el gobierno se lanzará a perseguir a este justiciero, para no quedar en ridículo, para que no surjan imitadores y más profundamente para evitar que el señor Kersey siga matando, para que la gente no se dé cuenta que podemos hacer caer a los delincuentes.
La película termina con el justiciero huyendo, cómplice de un policía con buen juicio, de esos que saben que no siempre lo correcto es lo legal. Sin embargo se ha anunciado que el “Justiciero de la Marquesa” podría terminar pagando con 240 años de prisión por acabar con lo que la podredumbre social en  México le puso en el pasillo del autobús; y es muy seguro que lo busquen hasta debajo de las piedras para encontrarlo, porque no es lo mismo para un político mexicano ser exhibido robando (Duarte), que perdiendo poder (el justiciero).

Vean la película, en verdad vale la pena, seguro van a pasar un mal rato dentro de ella. Sobre todo ahora que la discusión de portar armas está sobre la mesa.